Cuando el reloj marque las 12

¿Se está acabando el año, pero que significa que se nos está acabando el tiempo?

Con el fin del año hacemos resoluciones, cambios, hay quienes dicen que hay que hacer espacio para lo nuevo que trae el nuevo año, ¿pero en realidad a que es a lo que debemos hacerle espacio?

Le preocupa a algunos, a otros nos emociona el saber que estamos por comenzar un nuevo año, hay quienes lo ven como una nueva oportunidad, un nuevo comienzo, pero la realidad es que más allá de un cambio de fecha debemos pensar en el otro tiempo que se sigue acabando.

Las resoluciones no deben ser solamente para cuando llegue el año nuevo. Los cambios de alimentación o de diferentes hábitos que sabemos que nos hacen daño, no deben de ser considerados solo en estos días para cuando cambiamos el calendario sino en cualquier momento, pero también nuestras resoluciones deben de incluir el estar preparados para ese tiempo en que se nos acabaron los días, cuando realmente den las 12 en nuestra vida terrenal.

Si para las celebraciones, ese día de fin de año nos preparamos, planificamos la fiesta, la cena, tenemos invitados, nos arreglamos el pelo, cambiamos estilos, nos maquillamos, sacamos el brillo, hay alegría, expectativas y celebración, todo tiene que estar listo, para ese otro momento de las 12 de nuestra vida ¿estamos preparados?

No todos los 31 de Diciembre serán días de fiesta, no siempre tendremos a quienes queremos alrededor, no todos serán como lo deseamos pero hay algo que nunca cambia y es la continua presencia de Dios en nuestra vida, ahí a nuestro lado no importa la fecha que marque el calendario El siempre esta, nos recibe con o sin la alegría o el brillo de las celebraciones, nos observa y nos guarda, esperando que lo incluyamos no solo en nuestros planes de unos días sino en nuestra vida en general, que haya más presencia de Dios, que haya una mayor búsqueda de Dios, de conocerle más, de aprender más de Su palabra, de que tengamos una relación personal con Dios porque El es real así como es real la maldad que existe en el mundo y por eso mismo le necesitamos más cada día.

Es bueno planificar y prepararnos para la llegada de un año nuevo y sus festividades, pero primero que todo debemos incluir a Dios en el porque nada de lo que hemos logrado o lograremos en el futuro ha sido o será por nuestras fuerzas, sino por las que Él pone en nosotros cada día, El a estado y estará y en la medida que lo incluimos a ser parte de nosotros en cada nuevo día y cada nuevo año, así nos continuamos preparando no solo para el día venidero sino también para ese día que marquen las 12 de nuestra vida. Cada noche vamos a dormir y nos marcan las 12 sin saber si vamos a despertar por eso es tan importante que estemos listos en todo tiempo.

Pero ya camino a las celebraciones, con el brillo, la ropa nueva, los cambios de looks, todos arreglados, evaluemos que verán de nosotros al pasar por la puerta; más allá del brillo en la tela se verá el brillo del amor de Dios, la generosidad, ¿compasión y honestidad? ¿qué reflejamos?

Aparte del cambio de look, ¿también cambiamos nuestra actitud a una de fe, de esperanza, ¿nos quitamos el miedo y nos pusimos el valor y la identidad que Dios nos dio y que fue pagada en la cruz?

¿Nos cambiamos los zapatos viejos y decidimos ponernos los zapatos que caminarán hacia la voluntad y propósito que Dios tiene para nuestras vidas?

Las manos las arreglamos, algunos las pintamos, las ponemos bonitas y presentables para la celebración, ¿pero esas manos están listas para el trabajo que Dios nos ha llamado a hacer? Porque todos tenemos una misión y un propósito que cumplir.

¿Nos pusimos perfume nuevo de olor agradable a Dios?, que al llegar a un lugar nuestra presencia sea agradable a los demás?

¿Cambiamos el menú tradicional lo dejamos atrás y ahora nos alimentaremos de forma diferente, incluimos en nuestro menú la oración, el ayuno y la Palabra de Dios? ¿Eliminamos del menú lo que no me gusta de mi al mirar el espejo o lo que otros dicen de mí, pero si decido añadir lo que Dios dice de mí?

Asegurémonos de estar listos no solo para las fiestas, sino también para el momento que nos den las 12 en nuestra vida, ya sea porque Jesús venga por Su pueblo o porque el reloj de nuestra vida terrenal ponga su punto final y marque las 12 porque en ese momento pasamos a nuestra vida en la eternidad, esa es nuestra celebración más importante si estamos preparados y cumplimos nuestra misión y tuvimos el pase para estar en la presencia de Dios.